Por Franklin Hernandez.- El gobierno, ante el llamado a huego regional anunciado para este lunes 24 en las provincia del Cibao, creemos que ha cometido varios errores que pudieran ofrecer un éxito al movimiento huelgario más allá de los que los convocantes esperan.
El primero de los errores fue usar al sector empresarial
para rechazar la anunciada huelga, con
la amenaza de que todo el sector comercial abrirá sus puertas cuando todo
sabemos que nadie abre en medio de un llamado a protesta y meno en San Francisco de Macorís.
El segundo y más peligroso error ha sido militarizar, no
solo a San Francisco, han militarizado toda la región norte, dando la sensación
de que estamos en anuncio de guerra o eventos similares, lo que mete en miedo a
la población, y les da más fuerza al llamado a huelga.
Entendemos que lo más normal sería dejar tranquilo ese
llamado de protesta, dejar que sea la población la que decida si lo apoya o no,
pero cuando el gobierno llena de militares y policías los pueblos que convocan
estas jornadas, más que amedrentar a los huelguistas, amedrentan a la población,
ya que si en su mente no estaba sumarse
a esta huelga, terminan quedándose en sus casa por temor.
Una huelga no es más que
una paralización de las actividades, ya sean comerciales, del transporte
o profesionales.
Sabemos que todos los años, cuando se acerca la fecha del 24
de abril, los gobiernos de turnos se meten en miedo, ya que esa referida fecha
traes sobre la población dos episodio que se quedaron marcado; como los fueron:
la guerra de abril del 65 y la poblada del 24 de abril del 84, cuando el pueblo
se lanzó a las calles en protesta por el alto costo de la vida.
Pero también los gobiernos deben entender que no siempre se
vive del recuerdo, y deben dejar de lado el mostrar militares con caras pintadas
y rostros de malos amigos, porque cuando la población decide reclamar sus derechos,
las armas salen sobrando las voces reivindicativas terminan imponiéndose.
La tarea del gobierno es trabajar a favor de la población, y
si lo hacen así, es esa misma población que les defenderá, no con militares, más
bien con el voto, que es la vía democrática que tenemos para establecer si un
presidente trabaja bien o mal.
Por lo tanto, de nada valdría querer reprimir con militares
un movimiento huelgario si no resuelven los problemas que llevan a la población
a protestar.
Menos militares y más poesías.